Mi despertador

Mi reloj despertador siempre está enojado en las mañanas. Muy de madrugada empieza a gritar con la campanita esa que tiene y me deja sentado en la cama al borde de la muerte del susto tan tremendo que me da. Es pequeño, pero hace un ruido tan fuerte que a veces creo que despertará hasta a los vecinos. No sé cómo, desde ese pequeño artefacto de color blanco, sale tanto ruido.  He hablado con él muchas veces y le he dicho que si podría despertarme de una forma más suave y tranquila como lo antes lo hacía mamá, que se me acercaba al oído y me decía que ya era el momento de levantarme para ir al colegio, pero no me contesta, no me dice nada, se queda ahí como estatua, a excepción de los números indicando la hora, nada más en el se mueve, pero todos los días, incluso los fines de semana, siempre a la misma hora grita y despierta a todos, mi cama, que siempre está calientita y agradable me susurra desde apague el despertador, que es muy temprano, que me quede una rato más envuelto entre las cobijas, pero no puedo, una vez que quedo sentado en la cama por la campana del reloj, ya no puedo volver a dormir.

No puedo negar que al principio me molestaba, mi madre ya no entra a mi cuarto a despertarme desde que, en mi cumpleaños, papá me regaló este despertador, creo que a nadie en el mundo le han dado un regalo así, pero tengo que reconocer que sus gritos mañaneros me ayudan a hacer todo más rápido y sobre todo, a no llegar tarde al colegio, aunque la verdad me gustaría que no gritara tan fuerte con su campanita en las mañanas, si es que todos en mi habitación quedamos desconcertados, mi cama, mis libros, mis juguetes y hasta mis zapatos en el closet se quejan de ese ruido en las mañanas. A veces imagino que el reloj me dice: Lo siento, pero esta es mi voz y solo hago mi trabajo. Yo lo entiendo, pero es que quiero quedarme un cama cinco minutitos más.